Tuesday, June 12, 2007

ABRAZOS - ABRASOS

ABRAZO:Abrazo: Acción y efecto de abrazar o abrazarse, ceñir o estrechar entre los brazos..


Trataré de ser racional hasta desvanecerme en lo sensible. Trataré de invitarlos a esta nueva reflexión profunda e intensa.

Antes, un breve paréntesis (no he dejado de escribir). Hubo alarmas y muchos preguntaron qué pasa que las páginas no se encienden… simplemente dejé de publicar un momento, el silencio es positivo si es reflexión. Las palabras fluyen y queman como nunca… el problema es que esta vez son muchas y ahora busco tan sólo lo mejor.

AbraSo, me gusta escribirlo así, como las brasas incandescentes, el verdadero abraSo, es más que un cruce de extremidades físicas, el abraSo real enciende la llama trina del corazón… ese es hoy nuestro gran tema.

Hace días recorría Valdivia con frío intenso. El cuerpo con el frío se contrae y es así como comenzó todo. Dolores de espalda, una expresión apretada por la constricción muscular que luego se tornó más profunda hasta comprimirme el pecho. Caminaba entonces por Valdivia como un pseudo robot (robock para los amigos). Mi espalda no me soportaba y el alma triste preguntaba porqué la libertad de los pasos se tornó sorprendentemente pesada…

Entonces comprendí… los abrazos abrasos. Eso es.
¿Hace cuánto tiempo no abrasas a alguien? ¿Hace cuánto tiempo un abraso no te llena de calor?

Pensé en Matías, en mis sobrinos, hermanos, mis padres, en los amigos reales. Pensé en lo sencillo y cotidiano que es abrasar cuando la distancia física no es más extensa que nuestros brazos. Pero a casi 800 kms de distancia, los brazos sólo sirven para mover las manos y tal vez escribir….

Esta es la parte racional…. Es imposible abrazar abrasando si vives tan lejos y las nuevas presencias, amables y hospitalarias, aún no son tan cercanas como para estremecer el alma….

Esta es la parte sensible….Sucede finalmente que los brazos se van anudando y los abrasos se empiezan a atorar en el cuerpo… y el cuerpo se vuelve pesado, pesado y cansado.

Necesito un buen masaje pensé… pero ni modo que una chica como yo pida a algún sujeto caminante un masaje. Con gusto encontré ofrecimientos de más de un par de voluntarios, pero mi espalda es tan mimada y sensible como yo. Mejor la química farmacéutica y un fármaco relajante antes de crear expectativas indeseables.

Después de un mes de dolencias, el martes pasado casi desmayo… La crisis, la falta de aire y el cansancio. ¿Cuántos abrasos cargaba mi cuerpo y mi alma para finalmente descompensarme? Y eso no es todo. El virus valdiviano… extraña forma de gripe que conocí en un pasado inolvidable viaje a Valdivia y que nos tuvo un día entero en la Clínica Alemana tratando de saber qué cresta le pasaba a la Jenny.
El virus valdiviano…esta vez me atacó las neuronas a mí. La noche del jueves realmente deliraba, 40 grados de fiebre y yo tratando de cantar pa sentirme mejor…. Yo y conmigo no más po’.

Uno, dos, tres paracetamol y la receta de la abuela… toallas húmedas en el cuerpo. Conmigo me grita ¡Sales de esta ahora o se te mueren las neuronas si llegas a 41 ó 42!

Lo logré. Logré cuidarme y salir del rollo, como siempre con eso que me enseñó mi padre y que es infalible ante cualquier problema: CORAJE.

El viernes poco coordinaba, me quedé en cama y comencé a reconstruir las causas de tanto caos. Y eso es todo… los abraSos, son energizantes, vitamínicos, antidepresivos, antipiréticos y finalmente lo más rico del mundo.

Leí alguna vez, en uno de esos libros místicos infaltables en mi camino que entre más abrazos demos en el día más plenos y felices caminamos por la vida.

Una alumna lloraba profundamente este lunes. Me acerco y pregunto por qué. Ella con 14 años me dice: ¡Profe, es que tengo depresión! ¡El médico dice que son los cambios, que extraño a mis compañeros del otro cole, a mis abuelos con los que viví toda mi vida hasta que mi mamá me trajo a Valdivia! Yo la contemplo casi como si se tratase de un ángel. La miro a los ojos y le digo: “amor… a esa tristeza le hace falta un buen abrazo”. Y luego toda la ternura de mi alma se extendió hasta ella y la cobijé entre mis brazos hasta que dejó de llorar.

Hoy me esperó afuera de la sala de profes para subir conmigo a clases…

- ¡Hola profe!

Y me regaló no sólo un tremendo abrazo, también un beso en la mejilla y una tremenda sonrisa…

- ¡Profe, hoy me siento mejor! ¿Cómo va su resfrío?

Hoy me siento mejor…
Para abrazar solo se necesita, un paciente y un abrazoterapeuta. Los requisitos puedes buscarlos en http://www.perroverdi.biz/ABRAZO.htm

Ieiaiel

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